La juventud es uno de los grupos etarios más afectados por la pandemia. El malestar es tanto económico como emocional. La crisis por la Covid-19 puso en evidencia el estado de vulnerabilidad en que se encuentran los jóvenes. Algunos de los problemas son: dificultades para encontrar trabajo, empleos precarios, complicaciones para invertir, altos niveles de formación que no se traducen en mejores salarios.
Distintas universidades y centros de estudios han realizados investigaciones sobre el impacto de la crisis sanitaria en la situación económica y la salud mental de los y las jóvenes. El presente artículo resumirá las conclusiones obtenidas en los informes:
- Enquesta sobre l’impacte de la COVID-19: principals resultats referents a la població jove, realizado por el Centre d’Estudis d’Opinió de la Generalitat de Catalunya
- Afrontando el impacto del COVID-19, elaborado por el Grupo de investigación Social Inclusion and Quality of Life (SIQoL) de la Universidad de Burgos (UBU)
- Las consecuencias psicológicas de la COVID-19 y el confinamiento, investigación por expertos de seis universidades españolas (Universidad del País Vasco, Universidad de Barcelona, Universidad de Murcia, Universidad Miguel Hernández, Universidad de Granada, Universidad Nacional de Educación a Distancia)
Estas investigaciones reflexionan sobre las consecuencias del coronavirus en el estado de ánimo de las personas. La precaria situación laboral y económica de los jóvenes los ubica en un estado más vulnerable que el resto de la población. Juventud y pandemia es una combinación peligrosa.
Empeoró la economía y el trabajo
Los y las jóvenes consideran que su situación económica y laboral ha empeorado por crisis de la COVID-19. Un gran porcentaje de jóvenes está en el paro o ha tomado un ERTE o ERE para sobrellevar la pandemia. Aún quienes no se han emancipado sufren el impacto porque en todos sus hogares se han reducidos los ingresos.
En todos los estudios que se han ido realizando para evaluar los perjuicios económicos, la juventud y la pandemia se llevan muy mal. La mayoría de los jóvenes se muestra pesimista respecto a las consecuencias económicas post-pandemia y creen que la situación no mejorará por varios años.
Enfado y angustia
Como si todo fuera poco, la salud mental de casi la mitad de los jóvenes se encuentra vulnerable por el confinamiento. Los menores de 30 años creen que el futuro será desalentador para su generación, en parte, por la falta de certezas. También por la disminución en la capacidad de tomar decisiones en edades que suelen ser vitalmente decisivas.
Los informes concluyen que los y las jóvenes han sido los más afectados a nivel emocional por la pandemia. Irritación, enojos y cambios de humor son manifestaciones frecuentes de la población joven a raíz de la crisis sanitaria. También presentan en gran medida emociones negativas como la tristeza, la angustia y el aburrimiento. El insomnio también es mencionados por dos tercios de la juventud como consecuencias de la Covid-19.
A causa del confinamiento y los efectos socioeconómicos de la pandemia, la mitad de los jóvenes ha presentado problemas de concentración; sentimientos depresivos, pesimistas o de desesperanza; o directamente no quieren pensar ni hablar de los problemas.
¿Cómo abordar la problemática?
Los expertos coinciden en que las personas jóvenes, especialmente las más vulnerables, pueden sufrir problemas y trastornos psicológicos a largo plazo. Será necesario implementar medidas y planes de prevención:
- campañas informativas para detección temprana de necesidad de ayuda profesional;
- tratamientos de patologías derivadas del estrés por el confinamiento y la pandemia;
- apoyo y acompañamiento socioemocional
Periodismo y redacción creativa. Estudié Cs. de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires.